En la actualidad, la jota sigue siendo un modo de entretenimiento y diversión pero se ha convertido  también en el aprendizaje de múltiples factores que benefician el ritmo evolutivo de las personas, en concreto de los niños.

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Durante las clases de jota bailada, los alumnos aprenden diversos bailes,  perfeccionan la técnica de cada pieza y paso y adquieren conocimientos musicales como el ritmo, tiempo, compás, etc. Bailar ayuda a fomentar la coordinación, desarrollar la memoria a corto y largo plazo, aumentar el trabajo y la colaboración en equipo y respetar al resto de compañeros teniendo presentes siempre unos valores morales que consoliden al grupo y así  exista una mejora del rendimiento de la clase.

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Las clases están siempre dirigidas por profesores cualificados con muchos años de experiencia y un amplio abanico de galardones obtenidos que los sitúan en lo alto de la cúspide en cuanto a jota se refiere. 

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El trabajo realizado en las clases de jota durante todo el año se ve reflejado en la actuación de final de curso, que se realiza para las fiestas en el teatro del colegio. En el festival cada alumno interpreta varias piezas acordes a su edad y nivel de aprendizaje.