
30 de septiembre. Tarde hermosa de otoño. Padres, Hermanos, profesores, antiguos alumnos y alumnos vamos llegando a la plaza del Pilar, punto de encuentro. También llega un precioso ramos de flores y el grupo de gimnasia rítmica encargado este año de hacer la ofrenda. Fotos de rigor. Estas chicas nos facilitan el trabajo: saben sonreír, están guapísimas y la cámara se lo agradece.
A las 20.30 vamos congregándonos en el interior para este momento de oración. La Virgen está deslumbrante con el manto corazonista. Nos recibe con los brazos abiertos y nos devuelve su mirada cariñosa. Hay silencio, sólo alterado por el murmullo del grupo de niñas buscando nerviosas su sitio para la ofrenda. Los más pequeños se abalanzan sobre el banco “presidencial” y toman posesión del mismo. A la Virgen se le escapa una sonrisa…

Es una sencilla oración de agradecimiento. Aquellas dos niñas en blanco y negro que Andrés Coindre recogió a las puertas de la parroquia parecen haberse transformado en un grupo de niñas y niños sonrientes, que en este momento se turnan para escuchar al sacerdote en primera fila – “…el corazón que la Virgen lleva en el manto simboliza…” - mientras otros juegan, se tiran de las orejas y se gastan bromas. Detrás, hay adultos que observan complacidos; otros, están concentrados en su oración; no falta quien mira su reloj, reprochando al sacerdote…su exceso de celo. Efectos secundarios de la pasión.

Las niñas se acercan con la ofrenda, nerviosas, protagonistas, sonrientes, y la Virgen acepta maternalmente de sus manos nuestras flores. Terminada la ofrenda y el breve, pero intenso, momento de oración nuestro sacerdote nos invita a abandonar el templo mientras se suceden las fotos y aumenta al mismo tiempo su nerviosismo por el tumulto que se va creando: “¡Silencio, por favor, silencio!” Loable intento pero, ¿cómo guardar silencio en medio de la fiesta?

Mamá, no te rías tanto y díselo; dile, por favor, que no sea un aguafiestas. Ah, no sé si te he dicho, estás muy guapa con ese manto.
Un beso y hasta pronto. Buenas noches.