Otro año más. Suma y sigue. Año tras año, pasamos trece días maravillosos en el Valle de Siresa, compartiendo nuestras vacaciones rodeados de la naturaleza y de grandes personas.
Deportes. Tres deportes dinámicos y entretenidos. Voleybol, béisbol y Chobol, una fusión de baloncesto, balonmano, fútbol, un poco de todo.
Excursiones. Entretenidas, cansadas, como no podía ser de otra manera, y que nos hacen entrar en contacto con la naturaleza.
Juegos. Tanto los juegos de la tarde como los nocturnos, ambos nos ayudan a ejercitarnos y a descubrir a nuestros compañeros. Además, nos invitan a participar en ellos ya que siempre nos ofrecen algún tipo de recompensa.
Todo esto está muy bien, qué duda cabe, pero yo creo que lo realmente importante son las personas que hacen que todo esto sea posible. Tanto monitores, como cocineros, el director, la persona que nos cede los terrenos, son vitales para que podamos disfrutar el campamento año tras año, por lo que debemos agradecérselo yendo año tras año a un lugar maravilloso.