La pedagogía de la confianza se basa en el respeto a la persona humana. El  objetivo es favorecer en los niños y jóvenes una actitud de autoestima y de fe en sus posibilidades. Tiene sus bases en las intuiciones pedagógicas del Padre Andrés Coindre y recoge  elementos de la psicología positiva aplicadas al ámbito educativo.

 

Crea en los  educadores una actitud de acogida incondicional, de respeto, de saber esperar aunque parezca que no se consiga ningún resultado. Hace imprescindible el trabajo en equipo de tal manera que el colegio se convierte en un centro de aprendizaje donde un grupo de profesionales de la educación altamente cualificados comparte objetivos communes. En este aspecto, nuestro equipo docente participa en un permanente proceso de formación.

 

La aplicación de esta pedagogía debe actuar como motor de cambio de nuestras realidades educativas y comunitarias. Es necesaria una revisión para sustituir una pedagogía de la competitividad, que crea exclusión, por la pedagogía de la confianza que permite atender mejor las necesidades de los jóvenes.